ENCUENTROS POR LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL: HACIA UN CAMBIO DE MODELO ECONÓMICO

El pasado jueves 2 de febrero, nos juntamos un grupo de personas para explorar la transformación de la esfera económica. En el pasado mes de noviembre, habíamos disfrutado de un bonito encuentro en el que nos enfocamos en el cambio de la esfera cultural (que abarca la educación, la sanidad...). Ese encuentro, a su vez era continuidad de los encuentros de activistas y facilitadores por la transformación social en esta su quinta temporada.

Comenzamos con una breve presentación del encuentro y de los participantes que expusieron lo que les había llevado hasta allí. Esto permitió crear un clima de confianza y vaciar los “supuestos previos”, es decir, abrir más la mente a lo que pudiera emerger.

La propuesta como anfitriones del encuentro desde Facilita & Centro Despierta era la exploración o prototipado de un ecosistema económico con proyectos que parten de la transformación personal y grupal, tal como se describe en la Teoría U. El cambio de modelo económico se complementa con el cambio en la esfera cultural y en la esfera política.

En la introducción aportamos algunas ideas para preparar el terreno.

  • Recordamos que “la calidad de los resultados que creamos en cualquier tipo de sistema social depende de la calidad de nuestra conciencia, de la fuente de atención desde la que operan los participantes en ese sistema”. Además “No podemos transformar el comportamiento de los sistemas a menos que podamos transformar la calidad de nuestra atención”.
  • Vimos cómo la evolución del pensamiento económico refleja la evolución de la conciencia humana, desde los modelos estatales centralizados, a los modelos de mercado, los cooperativos y finalmente los co-creativos, en los que se tiene en cuenta de manera holística a los participantes de todo el ecosistema.
  • El modelo dominante en Economía compartimentaliza los distintos elementos de la vida económica, los reduce a números y variables matemáticas, opera con estos números de una manera y con unos  valores que permanecen inadvertidos (competición, maximización del beneficio, externalización...) y finalmente, lleva los resultados obtenidos a la realidad, sin tener en cuenta la sostenibilidad del ecosistema en su conjunto.
  • Si queremos cambiar la economía, en primer lugar necesitamos darnos cuenta de que somos cada uno de nosotros los que en determinados momentos y en determinados estados de conciencia, alimentamos un modelo consumista, competitivo y depredador, que en conjunto nos perjudica. “Reproducimos un modelo que nadie quiere”, pero que nos cuesta superar.
  • Conectar con nuestra vocación nos permite aportar valor al ecosistema y sostener un mayor nivel de presencia, que nos permita consumir e interaccionar de una manera más empática con el conjunto, incluidos nosotros mismos.
  • Desarrollar o apoyar proyectos transformadores e integrarse en programas más amplios es necesario para generar una masa crítica de actividad económica sana que vaya sustituyendo y compensando los excesos del modelo actual.

¿Y cómo nos pusimos a esta tarea?

Como otras veces, hicimos un breve ejercicio introspectivo con tres consignas sucesivas:

  1. Conectar con “nuestras fuentes de motivación y energía más importantes en nuestro trabajo”
  2. Detectar nuestra intención personal que podría servir para transformar la esfera económica.
  3. Concretar cómo pueden llevarse a cabo estos cambios.

Teníamos previsto hacer unas mesas de trabajo con la metodología Open Space para compartir los proyectos y enriquecerlos con las aportaciones de los participantes. Sin embargo, el compartir de las experiencias tras la meditación fue de tal calado que se generó un clima de escucha profunda. Así que al percibir que el grupo entraba en este estado de intensa conexión y creatividad, guardamos en el cajón la agenda prevista y sostuvimos y disfrutamos de ese “diálogo generativo”.

En este estado pudimos acoger las vivencias particulares de los asistentes, entre ellas:

  • La importancia de revisar y reconocer los condicionantes y limitaciones, que perturban e interfieren en el contacto con nuestro propio talento, tales como los miedos y  los “mandatos” con los que nos hemos socializado (“busca a la oferta”, “que no falte de nada”, “guarda por si acaso”...).
  • La observación de que en la Naturaleza prima la Abundancia a la Carencia. Y que sólo necesitamos desarrollar la confianza en que tendremos lo que necesitamos. Podríamos concluir que el modelo actual carece de esa confianza, ya que pone el foco en lo que podría haber y no en la abundancia de la que ya se tiene o puede darse. Esa confianza en el futuro, aparece desde el estado de presencia y conexión, pero no siempre podemos mantenerla en nuestras ajetreadas vidas diarias que nos incitan a un sobreconsumo...
  • En este sentido, parece que la creación de entornos de confianza, permitiría romper las inercias y los bloqueos conforme van apareciendo, y avanzar hacia un modelo económico más empático y sostenible. Podríamos evolucionar del concepto de “posesión” al de “uso”. Esto nos ayudaría a recorrer el proceso de proteger los recursos propios, a compartirlos, ofrecerlos y/o transmitirlos a los demás.
  • Esta confianza, no sólo es una estrategia racional, sino una experiencia profunda de sentirse parte de un todo mayor. En nuestro planeta tenemos muchos recursos, suficientes para utilizarlos con abundancia, aunque no para que cada persona sea propietaria de todo.

Quedará para otra ocasión, dar los pasos para articular este ecosistema de confianza.

Salimos enriquecidos por las valiosas aportaciones y nos llevamos una buena dosis de entrañable optimismo y energía para continuar.

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